Condenada al silencio y a seguir viviendo
sin comprender por qué a ella, porque
ahora siente que su ser se ha ido de su cuerpo
resistiéndose a salir nuevamente al mundo
como un pájaro al que han incinerado sus alas
y sucumbe entre los intersticios de las piedras,
ya nada será entonces como antes, tan simple
como esas canciones musitadas por la madre
cuando compartía los recuerdos, sus amores secretos,
sus desamores y ansiedades
que ella creyó que nunca desembocarían en su vida:
…Hablan las formas recreadas,
Hablan los cuerpos transformados…