El mar interno que abanica mis palabras
las sopla con viento fuerte
expulsando sinceridad en una furtiva mirada.
Aunque solo tras de mi frente
ocurre la conversación, me pierdo
y divago en ideas ambivalentes
sin situarme aún en el actual refugio
que nos cobija en la lluviosa velada.
A través de un gesto sutil
hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados,
resonancias de garganta que provocas en mí,
me alumbra la luz de tu noche,
en un tono violeta azulado que percibí.