Hablan las formas recreadas,
el esguince indoloro del paisaje
soltando las riendas del recuerdo,
el grito enjaezado de este aire.
Hablan los cuerpos transformados,
la ceniza aventada, el terso ábside
cimentado en mis adentros,
el dulce silencio de ser nadie.
Hablan los latidos inconexos,
la luna azul, los frágiles
segmentos de la duda,
el falso brillo de los naipes.
Hablan las lunas doloridas…
El peso sin par de mis heridas.
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