Cuando me hablan las formas recreadas
como me hablan los cuerpos transformados,
suelo escribir con los ojos cerrados
para efectuar las rimas adecuadas.

Cuando me habitan las encrucijadas
como me habitan los fuegos templados,
ciertos tinteros improporcionados
absorben versos de tintas manchadas.

Sueño cada noche cosas macabras,
conozco la más íntima almohada
a la que, para sollozar, recurro.

Mis palabras no entienden tus palabras,
hablan y hablan, pero no dicen nada,
entran por mis orejas cual susurro.