te escribo y sé que escribo
para que no me leas.
hubo ternura y salitre
viento claro y también
escondido en un cuarto ya sin puerta
un pupitre con tu nombre
y una pena que nos llama.
hubo algo y ya no hay nada.
es mejor que así sea.
entre tu pelo y mi pelo
quedó la promesa de un cuerpo
feliz y contento
con todo lo bueno.