Tarde gris.
Llueves tan presente,
que eres pequeña gota
vuelta inmenso mar,
cuna para una galaxia,
donde vengo a naufragar
mi alma.
Ahora.
Te escribo y sé que escribo
para que no me leas…
Que la ausencia es gélido llanto
y tu emerges de mis ojos.
Esta tarde llueves
desde la triste soledad.