Te escribo y sé que escribo para que no me leas,
total, de mí ya has pasado entero.
Y aunque tu ausencia me ha dejado muerto,
es por tu recuerdo que aún sigo escribiendo versos.

Sabes que no hablo de la muerto de vida,
sino de la muerte de los de sueños,
pues tu imagen, aunque ausente,
vive en las catacumbas de mis recuerdos.

Te escribo y sé que escribo para que no me leas,
eso ya me lo dijo el viento, con letra escarlata,
el día que te enterré en mi silencio.