Te escribo porque quiero hacer apología de tu boca
De tu lengua al filo de mis dientes
De tus susurros en mi oido
De tus manos que me esperan.
«Te escribo y sé que escribo para que no me leas…»
Te escribo porque quiero hacer apología de tus manos
Mientras me piden permiso
Para descansar
sobre mi pecho que retuerces con cuerda de plata.
«Te escribo y sé que escribo para que no me leas…»
Y también hacer apología de tu pierna
Separando con fuerza las mías
De tu nariz recorriendo mi espalda
De mi dedo en tu pecho que baja.