Te encontré en el camino, te di de beber del mejor fruto, el fruto de mi amor, aunque te supo amargo te gustaba beber de él, aunque algunas veces no sentías su sabor y renegabas de él, ¡cada vez me pedias más!
Te escribí mis mejores letras, aunque nunca las entendías, te gustaba leerlas, algunas veces me cuestionabas, pero aun así buscabas mis escritos. Y cuando un día desperté supe que, aunque te escriba mis versos más poéticos, Te escribo y sé que escribo
para que no me leas;
Eras mi melodía favorita, la que quería escuchar el resto de mi vida, pero tus notas eran mas altas que las mías.
Te mostré la mejor ruta para llegar a mí, y aunque siempre te perdías en el camino, encontrabas la forma de llegar y esperabas que yo estuviera ahí.
Pero tu camino y el mío, se hicieron mas distantes. tu lejanía me acerco mas a tu indiferencia
y aunque te he dicho adiós un millón de veces que aun sin saber como irme, no he encontrado la forma de quedarme.
Pero… Mi fruto se secó, mis letras callaron su voz, y la ruta que te guiaba quedo bajo los escombros de un olvido intermitente, de un desamor inesperado, de una forma de decir adiós tantas veces con una mirada, con un desprecio y con un silencio que llenaba mi alma.
Hoy ya no estoy, hoy ya enmudecí mi amor, hoy ya no te espero, hoy mi ruta se quebró. Y ahora estas ahí esperando por mí, lo siento mi amor, ¡¡porque ya aprendí de ti!!

MONICA MOLINA GARCIA