Subí al otero de mi consciencia
con los bagajes rotos, arrastrados
con las botas ennegrecidas
y los besos incrustados
con el ayer cercano
con el presente lejano
allí dónde hablan las formas recreadas
hablan los cuerpos transformados
allí me quede naciendo
aprendiendo, desaprendiendo, muriendo
para hoy andar entre los muertos
resucitando