Te escribo y sé que escribo para que no me leas…
mas, yo escribo para poder ser yo mismo,
aunque, a veces, me vea en un abismo
de negras sombras, aunque no me creas…

Quiero ser yo mismo, aunque me veas
con alma y sangre en vago autismo,
viviendo el amor con exorcismo
en subterráneo de encendidas teas…

¡Ay!, que triste ser late en mi vida,
sin saber si seré yo o la nada
en espera del vuelo del haber sido…

y con alma triste y malherida,
siento que una dulce Venus iluminada:
¡acaricia lo soñado, cual fuera lo vivido!