En el jardín del poema danzan las palabras,
rimas entrelazadas, como brisas que abrazan.
Bajo el manto lunar, susurros que deslumbran,
hablan las formas recreadas, cuerpos que se abrazan.

En el rincón del verso, el poeta emerge,
teje en la pluma el arte que el alma urge.
Misterios desvelados, en cada línea se sumerge,
como estrellas fugaces, destellos que convergen.

Bajo el ciprés poético, el suspiro se enreda,
entre letras y sueños, la realidad se queda.
En este rincón sagrado, donde el alma se acomoda,
hablan los cuerpos transformados, el verso a toda.