Sobre vasto lienzo de blancura nupcial,
una planicie desierta, inmaculada,
y un punto azul añil, pétalo pequeño,
sedicioso, mal portado al rincón,
emplazado donde la vergüenza teje estragos e historias.
Concretísima abstracción de obra sin acto.
Hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados…
Eso no es un punto.
Yo, sujeto.
¿Qué?