El silencio de la noche el aliado perfecto,
Permitía sentir la noche plena,
Y si, bastante larga como una condena,
Ni el ampon más desalmado,
Podría resistir por mucho aquí encerrado

Los cuerpos dibujados
Recuerdan como fueron amados
El uno al otro sin importar lo encerrados,
Dialogan las fantasías realizadas,
Hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados…

En lo que nunca habían pensado,
Dos cuerpos llevados por el pecado,
Pero de otros amados