Hablan las formas recreadas
del néctar, la sal y la miel,
rescatadas del abismo de la soledad
y reunidas por el hambre de su piel.

Hablan los cuerpos transformados
en criaturas sanguinolentas y hermosas,
ansiosas por sus carnes y más besos.

Hablan las sombras serenas
que reposan en lechos cálidos
y aún más cálidos, los buenos días.

Hablan los buenos días esperando el ocaso de su mudez,
hablan los girasoles, tu centro y las abejas,
hablan mi boca y tu desnudez,
¿Puedes oír lo que dicen?