En los ojos que no son míos,
hablan las formas recreadas.
En los brazos que no me pertenecen,
hablan los cuerpos transformados….
Las desdichas ajenas llaman
estrechos caminos de sangre que no fluye
y se esconde entre raíces de otras tierras.
El cielo, que es la verdadera vida,
es testigo de estas perdidas hazañas.