Hierve la extraña mezcolanza
al calor de los fuegos del pasado.
En la estrambótica marmita
se confunden el desamor y la nostalgia,
con los clamores de los sueños cercenados.
La desazón, el dolor y la tristeza
farfullan, en el revoltijo, trastornados.
Hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados,
inútiles, murmuran las fantasías,
mascullan incoherencias los espantajos
y la locura atiza la hoguera
blandiendo retales de sus harapos.