Vorágine de impulsos en los sucesos,
vidas arrebatadas en los relojes,
en la red sufrimientos sin espejo,
soledades solidarias buscando eco.
Permanencias ilusorias en vidas atormentadas
sucesoras y herederas de atuendos y circunstancias;
presencia de los ausentes, memoria dúctil,
vestidura de los nombres, cobijo fútil.
Hoy mi nombre habita ya tus paños,
y hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados;
nuestras voces por los hilos van y vienen,
más acá de tu muerte te reviven
en diálogos íntimos, calientes y humanos.