Hablan las formas recreadas,
hablan los cuerpos transformados….

Hablan los senderos callados,
las vidas desconocidas, las tus manos…
hablan los mudos con los sordos,
hablan los invisibles, los desheredados.

En el andén incierto, al amanecer,
frente al tren impaciente que nos acecha,
entre las volutas imaginadas de una imposible locomotora de vapor,
al lado de los silencios tristes, de los dedos que se entrelazan, de los cálidos abrazos…

Nadie habla ya.

Como en Troya, en la línea del horizonte frente al campo de batalla,
dioses y mortales callan.
Nos sobran las palabras…