Te debo, criatura, la existencia a posteriori.
Crearme, hacerme, levantarme
darme la vida, un soplo y
nacer yo de nuevo desde tu propio nacimiento.
Porque te hice de la nada,
de la sorpresa y el deseo
de las ideas infantiles, de los genes que flotan.
Te hice sin átomos, inmaterial
pero infinita, te hice
de la nada, sí, oh, sorpresa,
oh, deseo… echarte en falta antes de parirte,
darte a luz de lo invisible, sin nada, de la nada…
Y en cambio tú, viniste con todo al mundo
para renacerme.
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