Voy a encontrarte, amada,
allí donde termina el tiempo,
en la sombra de las estrellas,
en un cielo sin palabras,
sin la angustia cierta
que el papel reclama.

Te escribo y sé que escribo
para que no me leas,
sino por que en mi pecho sientas
que no me rinde tu ausencia,
que tu amor me está arropando
y es manto que dos mundos abraza,
que me acuna más allá de la vida
hasta quedarme dormido.